Ginecología, Sobrepeso y Embarazo 

Cuando sientes que la vida te cambia para siempre…

Hola lectores!!!

Esta es la primera vez que escribo en un blog, no tengo ni la mínima idea de como se hace, pero aquí me veo intentando hacerlo lo mejor posible, animada también por Vanessa para poder quitarme un peso de encima. Os contaré mi historia acerca de como me cambió la vida.

Hace mas o menos dos años, mi por aquel entonces pareja, hoy en día mi marido, fuimos a una consulta ginecológica de Marqués de Valdecilla en Santander, para averiguar el porqué llevábamos dos años intentando tener un bebé y que hasta aquel entonces no había sido posible. En la sala de espera mis nervios y supongo que los de él serían los mismos, aumentaban cada vez mas, un montón de preguntas en mi cabeza que si me ponía a pensar en qué de todo estaba pensando no sabría responder, eso si, tan solo el pensamiento de » Jamás podrás tener hijos» me atormentaba.

Entre todos esos pensamientos, escuché mi nombre, respiré y entré de la mano de mi marido a la consulta. Ahí estaba el ginecólogo junto con una ayudante, enfermera supongo. Llegó el momento que mas coraje me da y creo que a todas las mujeres o la gran mayoría nos pasa, el pasar a «la camilla» tan sumamente cómoda donde nos tenemos que tumbar. Pasado un momento, después del daño que me hizo y según él solo fue una exploración (ya me lo habían hecho antes y no me dolió, ¿serían los nervios? pues no lo se), me dijo que me vistiera, lo hice y volví al lado de mi marido.

El ginecólogo, empezó a escribir en los folios que tenía en una carpeta con mi nombre, impaciente le pregunté: y bien doctor, ¿ Cual puede ser la causa por la que aún no hemos podido tener un bebé? Se me hizo eterno el momento en que hice la pregunta y se dignó a contestar… en mi cabeza aún estaba el miedo de la dichosa frase de «Jamás podrás…» al fin contestó, desearía que nunca lo hubiera hecho…

«Tú con ese gran sobre peso JAMÁS PODRÁS tener un bebé, tienes que adelgazar muchísimo para poder tener opciones»

Mi mundo en aquel entonces…cambió.

Salí de allí aún mas hundida de lo que llegué, debo decir que, si, estaba gorda, tenía una talla  52-54 de pantalón midiendo 1.66, pero el gran problema de aquello era el porqué yo estaba así. Me encontraba en mitad de una gran depresión que casi me cuesta la vida, yo no era persona, mi marido llegaba de trabajar, me daba de comer, me acostaba, llegaba de nuevo, me duchaba, me daba de cenarr y a la cama de nuevo, así era mi vida, mas metida en el mc´donals por que él no tenía tiempo de cocinar, que en casa. Entonces como es lógico, los kilos subían tanto como la pena que me daba yo misma al mirarme al espejo.

Una vez de vuelta a la sala de espera me senté en una de las sillas de plástico, con los brazos en las piernas y las manos en la cabeza, empecé a llorar, no tenía consuelo ninguno,,,Jamás podrás,jamás podrás… al que se le juntó, él te va a dejar por que sabes que es uno de sus sueños y tu no puedes dárselo. En ese momento, mi marido se puso de rodillas entre mis brazos y me abrazó, no dijo nada, estábamos solos en una sala de espera y con los sueños de una familia rota.

Mi cabeza seguía y seguía dando vueltas….me levanté de la silla y le dije a Isaac (que así es como se llama mi ángel de la guarda) SE ACABÓ, se acabó, no pienso llorar más, a partir de mañana voy a bajar de peso, si o si y volveré aquí para decirle las cuatro cosas que ahora mismo no me atrevo a decirle. Isaac sonrió por mi reacción pero supongo que creería que era una forma de animarme yo solita ante tal guantazo sin manos.

Esa misma tarde busqué en internet un sitio donde poder ir y que me controlaran la pérdida de peso y di con ella…eso si, estaba a 85km de casa, en Santurtzi precisamente….hacía poco que me conocía Santander y ahora tendría que investigar tierras nuevas. con suerte la reunión era al día siguiente a las 9 de la mañana. A las 7 y media ya me estaba levantando para vestirme y poner rumbo a Santurtzi… qué decir de la reunión, un montón de mujeres con diferentes pesos, diferentes cuerpos pero todas compartían risas, vivencias….y voces jajaja. Salí de allí asustada de sus comportamientos pero decidí darme de alta en aquellas reuniones y empezar a a cambiar mi vida…fueron pasando los meses, adelgazaba, ya no me ahogaba al andar, empecé con Zumba, salir a correr…. así llegaron sin darme cuenta mis -8kg primeros. Todas las semanas ponía rumbo a Santurtzi. Isaac se alegraba con cada kilo perdido tanto como mis suegros. Y así, en medio de mi gran cambio, me dieron el alta de la depresión, todo iba a mejor, aún resonaban las palabras de aquel indeseable en mi cabeza pero ahora solo eran para motivación,no de dolor.

Cuando llevaba perdidos 12 kilos fui a una ginecóloga de pago (realmente me asusté al saber lo que costaba…) para una segunda opinión acerca del tema. Fuimos juntos Isaac y yo, me sorprendió como me trataba la mujer,cercana y sincera, demasiaaado sincera…:

Nuria, tienes ovarios poliquisticos, no es que no puedas tener bebés, sino que costará un poco mas o simplemente cuando tu cuerpo quiera te costará lo mismo que a otra mujer con los ovarios sanos…………..Como cambiaba la cosa…

Mi cabreo a esas palabras comparadas con la de la ginecóloga, aumentaba mi rabia y el querer volver allí con mis kilos de menos y poderle contestar….En medio de todo eso, seguí bajando peso, iba por los 21 cuando volví a pedir cita con aquel «hombre»

Entramos en la consulta, me hizo un examen y contestó…» Aún tienes que perder mucho mas peso para poder tener posibilidades» hijo de… pensé yo claramente en ese momento. Respondí, me hizo ir a otro especialista para ver que me ocurría y tengo ovarios poliquísticos, no era mas fácil decir eso y no hacer un daño tan gratuito? Nos dimos la vuelta y no he vuelto jamás, ni creo que vuelva. Sigo con mi ginecóloga y bajando de peso, ya por salud, no por nada mas. Llevo 30 kilos perdidos en este trayecto, una talla 42-44 y simplemente vivo el momento. Ojala llegue el día en que podamos tener a nuestro bebé. Ojala. Nuria.